La del pasado 27 de mayo fue una noche de encuentros y primeras veces para muchas almas hambrientas de Metal. Pongámonos en situación: En plena pandemia, un guitarrista que responde al nombre de Pedro Megatherion se pone al habla con La Zona Eléctrica, de este modo se nos presenta Vol. 1 un disco made in Hell Bierzo y que por unanimidad recibe el aplauso de los componentes del programa (y de gran parte de la audiencia del programa). No hemos dejado el contacto asiduo entre la banda y nuestro staff. Y como sucede en estos casos, ver algún vídeo de YouTube de los bercianos está bien, pero es incompleto mientras no puedas intercambiar impresiones con ellos sin tener por medio una pantalla.
De Grapeshot ya habíamos saciado parte de nuestra sede de directo unos meses atrás, pero quizá ha sido un error acudir a aquel primer concierto. Porque ahora vamos a buscar cualquier excusa para volver a hacer coincidir nuestros calendarios y en esta ocasión los astros se habían alineado para hacer tropezar nuestros pasos con los suyos.
Decía que era noche de primeras veces, era la primera vez en la Sala Barracudas y luego os contaré mis impresiones del local que albergó aquella velada de Rock y Metal.
Black bomber rompieron el hielo de aquella calurosa noche de mayo deshojando la margarita de su repertorio con canciones incluidas en su EP Baptized in Beer, en su LP Vol 1. Fuimos privilegiados al escuchar alguna de las que todavía no existen en disco físico porque están a punto de encerrarse en el estudio para dar forma a su ulterior retoño. Puede que Black bomber nos hayan tomado como conejillos de Indias para palpar nuestra reacción y decidir si Bastardo o Watch Out estarán o no dentro de su nuevo álbum. Pero a juzgar por la reacción del respetable creo que no se deberían quedar fuera.
Volviendo a la actuación, Migui es un perfecto maestro de ceremonias y no tardó en meterse en el bolsillo a las masas que casi llenaban la sala. No tuvo tanta suerte con el camarero, que parecía tener a dieta de líquidos a nuestros amigos, pero la deshidratación no hizo mella en ellos. Roberto e Isi, al frente de la base rítmica de Black Bomber, dieron un espectáculo a la altura de las expectativas y aunque al escenario le faltaban metros cuadrados estuvieron enormes. Y el círculo se cierra con los alquimistas de las seis cuerdas. La sincronía entre Pedro, Migui y Javi Les Paul va más allá de horas de ensayo en el local, es autenticidad berciana en estado puro. Javi aprovechó hasta el último acorde para sacar el néctar a la noche madrileña y eso no es pose ni ficción, a eso se le llama respeto y pasión por la música. Pedro puso al servicio de los dioses del Metal toda la actitud de la que puede presumir un devoto guitarrista como él, y no es que sea un Joe Satriani de la vida pero es capaz de aportar una entrega que no está al alcance de todos.
Si, reconozco que no soy nada parcial en mis comentarios, pero eran muchas ganas de ver en directo a estos amigos que no veía en años y la espera ha merecido la pena, ahora solo espero que mucha más gente tenga la oportunidad de vivir de primera mano la experiencia de ver a Black Bomber en concierto.
Y después de un breve cambio de backline, llegó la hora de que Grapeshot tomasen posesión del escenario. Cuando no es la primera vez que ves a una banda en directo, te pones el traje de «comparador» y empiezas a poner en la balanza las cositas que diferencian esta actuación de las pasadas. La sala es distinta, un diseño en L que deja el pequeño escenario al fondo justo frente a la barra con un sonido acorde al tamaño en cuanto a potencia pero, si nos ponemos exquisitos, escaso en cuanto a definición. Y desde ese momento caes en la cuenta de que no vas a hacer una auditoría de la banda, vas a pasártelo de p.ta madre y si hay algún defectillo lo perdonas y punto.
La actuación de Grapeshot tuvo un anticipo cuando Esteban y Miguel arroparon en la despedida a Black Bomber cuanto osaron adaptar un himno intergeneracional como Ace of Spades y desde ese momento ya fuimos conscientes de lo que se nos venía encima.
Hubo un repertorio variado entre All About To End y Suckcess (aunque los allí presentes se decantaban más por el segundo en la encuesta realizada) no pretendas que recuerde todas las que tocaron, porque se me hizo muy corto el concierto, aunque no faltaron All In, Parasites, We’ll Return, Out of my Hands, Cold Hustler… no recuerdo si tocaron Calumet pero si recuerdo a Esteban con la «pipa» de la paz.
Los feligreses se desataron ante la descarga de Metal castizo de Grapeshot y canción tras canción sudamos el veneno que acumulamos cada día y que el milagro de la música nos ayuda a exorcizar concierto a concierto. Esteban es apóstol perfecto para cuidar las almas del Rock, pero sin llegar al punto de telepredicador cutre de canal de TV en VHF, él imparte bendiciones bañadas en alcohol y nosotros brindamos por ello.
Sabéis bien que no voy a poner nota a la banda, porque Grapeshot se miden en una escala a la que el resto de los mortales no tenemos acceso. Si que debo decir que estuvieron todos brillantes, Marcos tuvo el detalle de regalar unas baquetas antes del concierto a una fan muy especial, Borja y Jose tienen esa habilidad de repartir energía a golpe de guitarra como si fuese fácil hacerlo y encima disfrutan como enanos. Miguel estaba convaleciente y no pudo tirarse desde el escenario y esas cosas que tanto le gustan, pero desde lo alto del taburete impartía el ritmo preciso para hilar a la banda.
Noche de estrenos para unos, de re encuentros para otros, en definitiva creo que fue una gran primera experiencia juntos en el mismo cartel para dos bandas que (permitidme sacar mi lado vanidoso) colisionaron por culpa de La Zona Eléctrica. Gracias Esteban por tan emotivo saludo! y lo que el Rock ha unido, que nos acompañe por siempre. Seguiremos tachando fechas del calendario y saldando cañas pendientes.
La Zona Eléctrica 