¿Has tenido alguna vez esa sensación de frío en el cuerpo con la que solo te apetece moverte para entrar en calor?
El pasado viernes 10 de febrero, en el Let’s Go Rock Bar de Parla (Madrid) se dieron cita musical dos bandas muy amigas de La Zona Eléctrica. Y fue una de esas llamadas a las que sabes de sobra que vas a ir, pero que prefieres confirmar la asistencia en el último momento.
El ambiente del local era perfecto para aquella noche. Muchos músicos, familia, amigos de las bandas y amigos de otros amigos. No conocía esa sala, que muchos años atrás había visto en sus tablas a dos de los protagonistas de la noche, pero es un lugar que alberga muchas memorias en forma de actuaciones en directo y desde ese día, una memoria más.
Al llegar, estaban La Revolución del Mono ultimando detalles antes de protagonizar la apertura del evento. Y no es la primera vez que les toca enfrentarse a esta tarea. La última vez que les vi en directo fue en el San IsidRock y salieron muy reforzados de la experiencia. A la hora programada empezaron a repasar su repertorio, con canciones de sus dos trabajos. «Origen» y «Evolución» completaron un set list muy dinámico con un desarrollo progresivo.
Dani empezó tímido, con la capucha cubriendo parte de su cara, como si fuese la primera vez que sale a escena. Pero nada más lejos de la realidad, poco tardó en dilapidar energía a través del micrófono y del escenario en general. Quizá el escenario se quedó justo para una banda que necesita su espacio para poder ofrecer un espectáculo a la altura de las expectativas. En ocasiones se agradece el poder tener a la banda tan cerca, para apreciar los matices de la actuación.
Canciones como Chaval, Palabras, Sr Ministro, Libre… consiguieron arrancar a tiras el frío que pudiesen tener los asistentes. Guile y Rubén estaban cómodos sobre las tablas, se les pasó muy rápido el concierto y la sincronización entre ambos rozaba la perfección. Estaban en una ubicación distinta a la que es habitual en ellos, pero quedó claro que en su caso no les es influencia para hacer una demostración de lo que es el Rock en mayúsculas.
Javi estuvo tremendo en todos los sentidos, no falló un solo golpe en una actuación intacta de fallos. Lo de Dani es de otra liga, se empeñó en hacer saltar a todas las almas que nos congregamos en esa noche de Rock en vivo y vamos que lo consiguió. Puede que no te sepas todas las letras de memoria o que sea la primera vez que les ves, no hubo disculpa para no dejarse influenciar por la magia de La Revolución del Mono.
Mientras asimilábamos la primera de las funciones de la noche y al mismo tiempo se realizaba el cambio de escenario de rigor, pudimos seguir saludando a músicos y amigos e intercambiar impresiones de lo que había ocurrido y lo que estaba por llegar.
Minos saltaban de espaldas, tras la intro. Y desde ese momento el nivel de acción sobre el escenario no descendió ni un instante. Una tras otra, pudimos disfrutar en directo de las canciones que componen el primer trabajo de estudio de la banda. Una banda que pasó por nuestros micrófonos antes siquiera de grabar su disco o haber firmado con ninguna compañía.
Estaba claro que, si el padre de la criatura es Pepe Arriols, bajista y miembro fundador de Skunk DF, alguna canción de ellos tenía que entrar en escena tarde o temprano. Y la primera de ellas fue La Nueva Voluntad, canción que abría el disco NEO lanzado 20 años atrás y que se enmarcaba en uno de los discos más queridos por los seguidores de Skunk DF. Korpa tenía la no sencilla tarea de hacer suya una interpretación que muchos tenemos esculpida en el mármol de nuestro recuerdo. Encontrar el equilibrio para adaptar una canción a un estilo personal, sin aniquilar la original y aportando una visión contemporánea a la misma, es algo que solo se consigue con grandes dosis de respeto y autocontrol. Por este motivo Korpa se merece el reconocimiento que está cosechando en este proyecto.
Pero no fue la única vez que visitaron ese disco en la noche, muchos esperábamos el momento de escuchar Re-Carpe Diem. No voy a aportar nada nuevo al himno por excelencia de Skunk DF, si que voy decir que la versión de estudio de Minos me aportó sensaciones de grato recuerdo y de energía contenida. Quizá buscaba de forma inconsciente un impacto acústico que llegó en el momento de llevar a las tablas la canción. Ahí la banda puso todo el alma en rendir el homenaje que se merece una de las mejores canciones del metal nacional, enhorabuena por ello.
Si queréis os cuento que hubo un momento de «duendes de escenario» que se resolvió a golpe de experiencia por parte de la banda, pero no le demos más vueltas. Si que os cuento que el sincronismo entre la banda es absoluto y el sonido en directo (acompañando mucho la sala en este aspecto) es nítido e impactante. Presté mucha atención a Pepe, que utilizó dos bajos de 4 y 5 cuerdas respectivamente, porque no ha cambiado su forma de actuar en años y donde muchos seríamos carne segura de luxación, él se pegó la madre de todos los homenajes.
El repertorio se completó con alguna composición que pronto presentarán en sociedad y sobre las que están trabajando en la parte sonora y sobre todo audiovisual. Te adelanto que en cuanto a sonido, Minos continúan su deriva natural al sonido industrial con el que nacieron. Los samples y secuencias tendrán más presencia en esas canciones la base rítmica comparte protagonismo con las guitarras y las voces seguirán derrochando contundencia.
El resumen es que pasamos una noche soberbia en todos los sentidos, la mejor de las compañías, descubrimos un local muy recomendable para conciertos o como parte de una noche de Rock, volvimos a saludar a amigos que no veíamos desde hacía mucho tiempo y disfrutamos mucho de dos conciertos desde la primera a la última canción. Solo le pido a esa noche que pronto tenga continuación y que El Rock Nos Acompañe!
La Zona Eléctrica 